Los jugadores japoneses de Nintendo 3DS se han llevado una importante (y desagradable) sorpresa al probar las demos de juegos como Metal Gear Solid Snake Eater 3D, Resident Evil Revelations o Theatrythm Final Fantasy: todas ellas tienen fecha de caducidad. No es ninguna broma: todas estas demos incluyen un contador interno que, tras 30 usos, borra y bloquea el contenido de forma que no puede volver a jugarse en esa consola.
Este movimiento se encuadra en las nacientes estrategias de las compañías para ganarle terreno a la piratería (o, en su defecto, cobrar más a los que sí compran juegos originales). Nintendo sabrá si le sale rentable o si le merece la pena la maniobra. ¿Vosotros qué pensáis?